¿Alguna vez haz experimentado la locura pura?
Esa locura que te hace danzar hasta que el sol deja de tener miedo y se una a la danza.
Esa demencia que te provoca risa sin ningún tipo de sentido hasta que tu estómago empieza a doler y tu quijada ya lastima.
Esa locura llamada felicidad que te tienta a experimentar nuevas cosas, nuevas aventuras, nuevas historias...
Decidir divertirte sin importar el comportamiento socialmente aceptable y jugar a ser niños pequeños otra vez.
Esa felicidad...esa locura tiene como nombre Amor.
Y es tan jodidamente adicta que cuando no la experimentamos nos sentimos vacíos, sin ningún propósito en nuestra vidas...
De ser lo contrario, una vez que la experimentas y la dejas ir...la extrañas... Necesitas ese néctar diario de locura... De demencia...
Necesitamos una pizca de amabilidad y amor.
Se necesita sentir esa compresión y afecto para sentirnos vivos y danzar con el ritmo de los rayos del sol, cantar con vientos helados y brincar con cada estrella que va saliendo a observar la felicidad y locura que habita en nosotros.
Para conseguir ese amor, se necesita primero descubrirnos a nosotros, salir de la rutina, bailar, brincar... Reír.. Aun cuando no tienes la mínima idea del Porque... Entonces... Solo Entonces... Conocerás el amor propio y experimentaras la locura pura.
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